Escrito por Gety Pavez VIdal
Miércoles, 15 de Diciembre de 2010 14:55
Hecho ocurrió el 4 de agosto
Víctimas y familiares de las dos personas fallecidas buscan que la empresa de transporte de pasajeros asuma responsabilidades, en el accidente que dejó además 31 heridos.
Este jueves 16 de diciembre, a las 09.30 horas, se realizará en el Juzgado de Garantía de San Fernando la audiencia de formalización del conductor del bus de la empresa Línea Azul, que el 4 de agosto de este año volcó en el kilómetro 122 de la autopista del Maipo, a la altura de Pelequén (VI Región), muriendo dos personas y resultando heridas 31, varias de ellas de gravedad.
En la oportunidad estará presente en el tribunal la “Agrupación de Víctimas de la Tragedia de Pelequén”, formada por los familiares más cercanos de las víctimas fatales (Graciela Perales Carrillo, y Hortensia Quezada Viveros), y por algunos de los heridos de mayor gravedad. Junto al abogado que los representa, Rafael Poblete Saavedra, buscan perseguir todas las responsabilidades, y es por ello que las querellas interpuestas no fueron sólo en contra del chofer, sino contra “todos quienes resulten responsables”.
Rafael Poblete es claro en señalar que la percepción de las víctimas y sus familias es que ésta es una formalización “insuficiente”, pues “nosotros lo que pedimos en las querellas es que se investigue las responsabilidades de la empresa Línea Azul, porque en materia de transporte público de pasajeros se obliga a las empresas a respetar ciertas normas, que aquí pudiesen haberse vulnerado”. Agrega que, en este caso, “el hilo se está cortando por lo más delgado”.
El pasado miércoles 4 agosto, cerca de las 03.15 de la madrugada, el bus de dos pisos que salió desde Tomé con destino a Viña del Mar, conducido por Marcos Saldaña Zapata (que subió en Chillán), chocó con las barreras de contención y luego volcó -por causas que aún se investigan- al llegar al paso nivel de Pelequén. Además de las dos víctimas fatales, hubo 31 heridos de diversa consideración, algunos de los cuales quedaron con secuelas que hoy les impiden llevar una vida normal.
Víctimas y familiares de las dos personas fallecidas buscan que la empresa de transporte de pasajeros asuma responsabilidades, en el accidente que dejó además 31 heridos.
Este jueves 16 de diciembre, a las 09.30 horas, se realizará en el Juzgado de Garantía de San Fernando la audiencia de formalización del conductor del bus de la empresa Línea Azul, que el 4 de agosto de este año volcó en el kilómetro 122 de la autopista del Maipo, a la altura de Pelequén (VI Región), muriendo dos personas y resultando heridas 31, varias de ellas de gravedad.
En la oportunidad estará presente en el tribunal la “Agrupación de Víctimas de la Tragedia de Pelequén”, formada por los familiares más cercanos de las víctimas fatales (Graciela Perales Carrillo, y Hortensia Quezada Viveros), y por algunos de los heridos de mayor gravedad. Junto al abogado que los representa, Rafael Poblete Saavedra, buscan perseguir todas las responsabilidades, y es por ello que las querellas interpuestas no fueron sólo en contra del chofer, sino contra “todos quienes resulten responsables”.
Rafael Poblete es claro en señalar que la percepción de las víctimas y sus familias es que ésta es una formalización “insuficiente”, pues “nosotros lo que pedimos en las querellas es que se investigue las responsabilidades de la empresa Línea Azul, porque en materia de transporte público de pasajeros se obliga a las empresas a respetar ciertas normas, que aquí pudiesen haberse vulnerado”. Agrega que, en este caso, “el hilo se está cortando por lo más delgado”.
El pasado miércoles 4 agosto, cerca de las 03.15 de la madrugada, el bus de dos pisos que salió desde Tomé con destino a Viña del Mar, conducido por Marcos Saldaña Zapata (que subió en Chillán), chocó con las barreras de contención y luego volcó -por causas que aún se investigan- al llegar al paso nivel de Pelequén. Además de las dos víctimas fatales, hubo 31 heridos de diversa consideración, algunos de los cuales quedaron con secuelas que hoy les impiden llevar una vida normal.
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