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Escrito por Gety Pavez VIdal  
Miércoles, 19 de Diciembre de 2018 16:36
 Académico de la Universidad de Talca explicó que los sectores más duros de la derecha política encontraron en la figura del brasileño un factor de actualización de la herencia política que representó el dictador Augusto Pinochet.
 
La reivindicación que algunos dirigentes de “Chile Vamos”, coalición que agrupa a los partidos de la derecha política, han hecho en los últimos días de la figura del dictador Augusto Pinochet puede ser interpretada como una estrategia de diferenciación de los extremos, bajo el impulso de los nuevos liderazgos latinoamericanos, entre los cuales figura el caso de Jair Bolsonaro.
 
Respecto del influjo que ha podido ejercer recientemente el Presidente electo de Brasil en la política chilena, el académico de la Escuela de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad de Talca, Gustavo Rayo, estima  que “el efecto Bolsonaro revive, da nueva vitalidad a ese sustrato político cultural autoritario de la derecha chilena, cuya figura señera es ciertamente Augusto Pinochet”. 
 
Agregó que “muchos parecieran sorprenderse de los planteamientos de una joven diputada, en particular por tratarse de una parlamentaria de Renovación Nacional como Camila Flores, pero figuras dispuestas a defender la herencia política y económica del gobierno cívico militar las hubo y las habrá por mucho tiempo”. 
 
Sin embargo, añadió que quienes defienden la figura del dictador sigue siendo un grupo acotado, pues la mayor parte de la élite política de esa misma coalición persevera en su objetivo de distanciarse de la figura de Pinochet en particular. 
 
“Es evidente que hay un intento de sectores importantes de la derecha pinochetista, de intentar de alguna manera posicionarse dentro de la coalición de gobierno y dentro de la colación política en su conjunto, pero también hay allí por así decirlo ‘barreras de contención’, sectores como Evopolis, que plantean críticas importantes, bastante significativas, a lo que representó desde el punto de vista de la violación de derechos humanos la dictadura cívico-militar”, expresó.
 
A juicio de Rayo, esas mismas barreras son las que impedirían que en Chile lograra imponerse en las urnas un liderazgo como el del próximo mandatario brasileño.
 
“Como país no estamos ajenos a fenómenos políticos que se están suscitando en diferentes partes del mundo, expresados en tendencias nacionalistas marcadas por el populismo, que de alguna manera, construyen, a partir  del miedo colectivo a fenómenos nuevos  -como los procesos migratorios y el descrédito de las instituciones políticas, de los partidos y liderazgos tradicionales - liderazgos carismáticos o figuras ‘descontaminadas’ como ha sucedido en Brasil con Bolsonaro”, planteó.  
 
Añadió que en el caso de nuestro país “quienes han buscado estrechar lazos con Bolsonaro y su entorno, cual es el caso José Antonio Kast, ven en esa vía una opción de gran rédito político. Que ello prospere, y se traduzca en una opción presidencial exitosa es algo difícilmente predecible. Baste observar lo sucedido con VOX, partido político de extrema derecha​ en España”.
 
En este contexto, el analista de la UTALCA también analizó la vigencia y posibilidades de proyectar en el tiempo al denominado “pinochetismo”. 
 
“El pinochetismo, respondió a un escenario político, caracterizado por la confrontación política este–oeste. Es un tiempo pretérito, que suscita sentimientos nostálgicos en generaciones bien definidas, y donde el paso inexorable del tiempo ejercerá su efecto menguante”, indicó.