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Escrito por Gety Pavez VIdal  
Martes, 19 de Mayo de 2015 14:06
 En los últimos años Chile ha avanzado de gran manera en relación a la inclusión e integración en términos de acceso a la educación. En los años 90 era casi impensado imaginar estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE) terminando una carrera técnica o profesional, hoy ya es parte de una realidad y que no tiene nada de novedoso ni especial.

El poder dar educación a un estudiante NEE es una puerta gigantesca no sólo a su desarrollo profesional y personal, sino que también es un aporte inmenso a la lucha contra la desigualdad de Chile.

Las instituciones que se han atrevido a ofrecer una admisión universal e inclusiva cumplen este rol de formadores de oportunidades, lo que no significa que debamos confundirlos con fundaciones de beneficencia, muy por el contrario, son entidades que asumen una responsabilidad con su comunidad y sus integrantes, ya que se comprometen a entregar las herramientas y mismos conocimiento de manera transversal a un grupo de estudiantes sin hacer mayores diferencias para que éstos el día de mañana posean exactamente las mismas capacidades profesionales que cualquier otro alumno.

Antes tener un estudiantes con NEE presentaba casi un problema para las instituciones o, peor aún, muchas veces simplemente no tenían cabida y se dificultaba mucho su acceso al mundo educacional, tanto secundario como superior, y ni hablar de las dificultades para ingresar al mundo laboral, una vergüenza total. Sin embargo, hemos ido madurando en este tipo de temas y aportando a construir lo que incasablemente espero y por lo que trabajamos día a día: ese Chile más justo.

La invitación es a las instituciones de educación (CFT-IP-UES), a continuar aportando en el desarrollo permanente y responsable de nuestro país a través de las oportunidades y de la formación que estos puedan entregar. No es un llamado a ser una fundación o ente de caridad, no confundir, ya que, además, quienes se comprometan en cursar por estas instituciones deben tener claro que ellos también asumen un compromiso, de aceptar la formación que ésta entrega para sus estudiantes, sin discriminar ni hacer diferencias y de continuar en el futuro con este aporte de manera permanente, replicando lo aprendido y contagiando el ánimo de tomar estas oportunidades al resto de la comunidad en el contexto que éste se encuentre.

La integración en Educación Superior hoy es una realidad de la cual cada vez más instituciones se atreven a desarrollar y donde el mayor beneficiado es nuestro país, el cual aporta a nuevas oportunidad y crecimiento mientras le da un duro golpe a la discriminación y desigualdad.

Eduardo Quinteros Rodríguez, Director de Asuntos Estudiantiles AIEP